18/11/12

Palabrería.

Amor, causa de simbolismos e idealizaciones en el humano y sobre otras materias pútridas y superficiales. Amor, causa de mil y un males y de humanos iracundos. 

Amor; burdo, trágico, violento, fatal, breve, tergiversado, malinterpretado, vendido, comprado, sin sentido, un delito, y encima, sin significado.

Amor, el enemigo más amado por la soledad. Y la soledad, el amor platónico de la libertad.

7/10/12

Futuro no muy lejano.

Macabra escena. Tenían los ojos amarillentos, desubicados y salientes de sus cuentas. Sus narinas dilatadas desmesuradamente permitían ver las costras de sangre impregnadas en las paredes nasales de una forma vomitiva y repugnante. Algunos de ellos tenían una especie de par de hoyos solamente para emitir alguna exhalación. Los labios leporinos, deshidratados y cuarteados de tal forma que pareciera la boca fuera de cartón corrugado, eran de un color sepia y verdoso. De estos, muchos abundaban. También podía visualizar la dentadura - si es que así le puedo nombrar- casi negra debido al sarro acumulado en meses o años quizá. Incompleta por supuesto, y con un tremendo y pestilente olor a putrefacción mortuoria. Los muñones se balanceaban o tomaban objetos. Algunos ya engangrenados, frescos y sanguinarios, que podían llegar al antebrazo, muñeca, o bien simplemente un hombro solitario vomitando sus fluidos. Me pareció ver algunos suertudillos con enfermedades genéticas -por así decirlo- no tan batientes y terribles como las deformaciones antes mencionadas. 

Me trajo una servilleta sostenida por sus premolares ubicados desfavorablemente al frente de su mordida. La colocó sobre mi mesa y con dificultad para pronunciar me exhortó a comenzar mi cena. Qué fortuita cena. Se abrió el portón de metal con una contraseña hecha con maña y buena memoria. 

-Ya lárgate adefecio. Hoy en día señorita Núñez, estos malparidos cuestan una lanota. Imagínese cuánto cuestan los 21. ¿Cavernet está bien?-   

7/9/12

Desasosiego


(Parpadea) 



Se me propagan en la mente millares de pensamientos a la vez...


¡Ay! Ojos más insondables jamás he sido más dichosa de ver. Desafortunada, o afortunadamente. Te planteo que tomes el tiempo necesario para explicarme cada una de las acciones que llevas a cabo y que suscitan tal tempestad en mí. 

Un par de días me ofreces tus rimas, otro par, me las arrebatas. Otro más, me las regalas con tal finura. Si tan sólo pudiese quebrantar ese misterio que se esconde en tu mirada recóndita, en tu actitud inquebrantable. Si tan sólo matase esta pusilánime alma, que no me permite generar vocablo alguno para describir el efecto confuso que proliferas en cada palabra que me arrojas. Si tan sólo fuera capaz de saber qué visualizas cuando me observas.


¡Ay! Vida mía, me encuentro encerrada en mi propio laberinto, en mi propia creación. Explícame cómo es que no soy capaz de aceptar que ha rebasado cada mínima expectativa, con excepciones insignificantes. Esa labia, ese tan mencionado modo de mirar. Y lo más estruendoso, ése, mi pesar; lo que más descorazona este cuerpo, es que en sus ojos, ¡Ay! Tan bello par de ojos. En su expedita mirada... no me soy capaz de hallar... 

5/8/12

Pero sí.

Yo me contemplo día a día, ¿será que no me creo mi agonía?
Yo me miro al espejo, ¿será que no asimilo mi reflejo?
¿Será que estas rimas son más usadas, que la palabra "Amor"?
¿Será que no tengo las agallas para enfrentar mi estertor?
Este orco de ilusiones, este manto de fracasos.
¿Será que no puedo superarme sin atajos?

Pero no.
Yo no tengo un cuerpo tan bello, como el gallardo curvado de una sierra.
Yo no tengo olor tan agradable, como el afable aroma de un rocío.
Yo no tengo ojos tan hipnóticos, como el magnetizo cielo estrellado de un desierto.
Yo no tengo melena tan cautiva, como la embelesada caída del cabello de un sauce.
Pero sí.


10/7/12

Y lo que te faltó.


"...En otras noticias les informamos que esta mañana fueron encontrados tres cadáveres a lo largo de la calle de Morriña en la colonia Mozo. Junto a ellos yacía el homicida quien sorprendentemente había llamado a la policía por sí mismo y denunciar su delito..."


-

Rápidamente y de manera brusca dejé mi mochila sobre el sofá con esa funda que tanto aborrezco. Un color opaco, sin chiste, que sólo ocultaba la posible belleza y el porte de mi sillón. No pensaba en nada más que en mí; que en mi aflicción, mi pensar -y esa estúpida funda-, la turba mórbida dentro de mis costillas, contrayendo mi respiración. No era una emoción fortuita ni nada por el estilo; simplemente era algo que se había venido hacinando poco a poco, paulatinamente en mi torso. Me senté, me torné púrpura. Mis pestañas se fundieron y fui capaz de imaginar todos los argumentos que pude haber implementado en ese momento. Burdo, inútil, temeroso mi fundamento, pero la voz era grave y con ímpetu, tanto así que en poco tiempo esa discusión se convirtió en una jauría de perros ladrando, escupiendo mierda en cada uno de sus sonidos emitidos. Alentando esa malquerencia, esa animadversión.

Tranquila, me dije, ¿Cuántas veces no has pasado por esto ya? ¿Cuántas veces más me faltan por presenciar? Incluso recordé un comentario de parte de mi tío cuando en una plática con él en una de esas comidas inservibles con la familia que sólo se prestan a criticar a los que no pudieron asistir, me dijo, "Y lo que te falta sobrina, Y-LO-QUE-TE-FALTA..." ¿Cómo "y lo que te falta"? ¿Qué se cree ese haragán? ¿Que me voy a estar cargando la piedra como Sísifo hasta el sexto Sol? Me dispuse a tomar un vaso de jugo de naranja y lo arrojé al fregadero una vez terminada la...

-¿Así que tomaste jugo de naranja?-

Sí, bueno, una especie de combinación con agua de jamaica. Siempre me ha gustado degustar nuevos sabores. Dejando eso de lado, ya estaba hastiada. Era de las escasas ocasiones que estaba sola en casa, y que podía hacer lo que me placeare; cantar en voz alta sin que una segunda voz chillona y de pito me criticase aunque yo cantare bien, o quizá darme el placer de masturbarme haciendo cuanto ruido me gustase. Pero esta vez no era así, ni siquiera tenía la más mínima intención de encender el televisor o ajustarme unos audífonos al oído para escucharme una buena pieza instrumental. Me quedé dormida hasta el amanecer y...

-¿Con que frecuencia lo hacías?-

¿Qué? ¿Dormir? ¿Diario, unas 6 horas?

-Masturbarte-

Y eso a qué...

-¿Con qué frecuencia?

¡No sé! ¿Unas tres veces a la semana? ¿Puedo proseguir?

-Adelante-

Abrí mis ojos, con una especie de apremio como si una alarma hubiera sonado dentro de mi tímpano para despertarme, eran justo las 8:24am. Por suerte estaba bien, y con la misma ropa del día anterior, mirando ese techo húmedo y mal colocado que siempre me aterró cayera sobre mi cama, o ¡sobre mí!. Pero como a mi madre nunca le importó arreglar mi cuarto, me acostumbré a la idea de morir en un terremoto por ese maldito techo amarillento, que a decir verdad, después de cierto tiempo me fue indiferente. Era momento de lidiar con mi dualidad, o mis dualidades, o cuantas existiesen, aunque a eso ya no se le nombre dualidad. Todo el tiempo presentes en cada decisión de mi rumbo. Son como mi pierna izquierda, o la derecha. Presentes a cada paso. 

Lloré un momento, porque sabía que ese no era un día depresivo, porque sabía que no era como los otros lunes en los que podía acabar con mi vida fácilmente y olvidarme de discutir con una familia que ha sido más que inútil en mi vida precoz. Esta vez, sería diferente, contemporáneo. No buscaría esa navaja con forma de atajo, y un encendedor para esterilizarla. ¿Para qué morir yo? Muerta en vida, ya estoy. ¿Para qué desangrar poco a poco mi organismo, si puedo desangrar el organismo de aquél que me ha matado primero? Mi sangre es espesa y sin color. 

Ese día, me maquillé de rojo escarlata. Esperé a su llegada. Y terminé por crearme otras 3 personalidades.







5/7/12

Utopías Jóvenes


Utopías venes
Quizás mi piel saboreando tu esencia,
quizás sólo el sueño acribille el instante;
el anime triunfo estremezca al gigante,
pues sienta; tan sólo lo piensa.
~
Quizás melodías, palabras, sonidos;
susurren la luz que alumbra mi pecho,
y roces profundos, salvajes que haz hecho,
dominen en simples mis sueños sentidos.
~
Quizás me encamine al velo de mi luna,
y el lóbrego del día se entregue a los cielos;
los astros se exhiban ya no en mausoleos.
Mi cuerpo yace en una fina cuna.
~
Quizás este romance se tiende en los sueños,
se tocan nuestras palabras y se hablan los besos.
Conmoción de entrañas y miradas de lejos,
adosan en mí, como ufanos vientos.
~
Pues si son visiones que al dormir nos vierten;
si en sueños se alberga el amor cual serenidad,
anhelo soñar con esta semblanza por eternidad .
Vivir a tu orilla, sentir. ¡Que jamás nos despierten!

Nelly González Liquidámbar