Tal como estar parado mirando el oscuro túnel del subterráneo, ves gente irse, llegar, subir al transporte, gozar de él y viajar en todo sentido posible, o simplemente quedarse absolutamente callados como mirando al infinito buscando un sentido en una propaganda u observando la forma de vestir de las personas.
Mírame, abre tan sólo uno de tus grandes ojos. Muéstrame ese iris vivo de color, lleno de vida, esa pupila brillante y cual espejo, reflejando mi inocente sonrisa. Ya se fue el tiempo para hacer lo que no pudiste, ya se fue el tiempo para hacer lo que pude, pero no quise.
Lamento que te hayas ido, lamento que nos hayas dejado a todos velando por tu ser, derramando gotitas, ¿gotitas de qué?: De desgracia, de coraje, de felicidad, de tristeza, melancolía, nostalgia, angustia.. gotitas mezcladas con el rubor de tus mejillas, con aceite automotriz o con una piel un tanto nueva que tiene tanto por pasar.
Te espera todo lo inimaginable, lo fantástico, el surrealismo que pudiste ver en pintura o en palabras. Te esperan unos brazos abiertos. Quiero confesarte que esa caja tan pequeña no te contiene por completo, tu alma sigue con vida.. en tanto todo aquello que te sirvió de soporte, será parte de las aguas espléndidas del océano; de un aire pintado de fe y esperanza.
Ya te puedo ver, reposando en miles de auroras, pareces más joven, más vivo que nunca. Te puedo ver rodeado de luz valiente, de luz poderosa como si fuese poseída por una divinidad. Puedes mirarte en esa bóveda celeste reinando en ti, no en los demás, y ahí mismo verás a los que viste, los que no conociste, pero igual ahí de toda la vida los conocerás.
Terrenal, aquí mismo estoy, ¿me escuchas? Yo sé que sí. Te veré pronto, te abrazaré y te enviaré flores en tanto cada uno de mis días. Mientras, hasta luego, hasta que mi camino tenga desenlace en este lugar...
